Ya estamos en Noviembre y, un año más, el 31 de Octubre se ha podido ver en nuestras calles a bastante gente (sobre todo jóvenes) rindiendo homenaje a la iconografía peliculera importada directamente desde Hollywood.
¿Pero sabe esta gente cuál es el verdadero origen de la celebración de la última noche de Octubre y primera de Noviembre, más allá de las películas de terror? Probablemente no.
Se trata de una costumbre que se remonta, como tantas otras que han permanecido a lo largo de la Historia de Europa, a la cultura celta. Esa noche (concretamente eran 3 noches) el pueblo celta celebraba la festividad de Samhain, que tenía varios significados:
- Constituía el final del verano y de la temporada de recolección de las cosechas.
- Marcaba el inicio de un nuevo año y del ciclo de días cortos del invierno.
- La separación entre el mundo de los vivos y el de los muertos era más estrecha que en ningún otro momento del año.
Este último significado es el que con mayor fuerza ha trascendido hasta nuestros días, si bien lo ha hecho de un modo totalmente adulterado.
Mientras que hoy en día se hace hincapié en el miedo que produce la muerte y lo sobrenatural, en su origen el Samhain constituía un momento único en el que se hacía posible ponerse en contacto con los familiares y allegados fallecidos, para obtener su consejo o para ayudarles y guiarles en su tránsito más allá de la vida terrenal.
Precisamente ese es el origen de las velas que en estas fechas se han colocado durante siglos en la vera de los caminos y en las ventanas y portales de las casas, también en España, especialmente en las regiones del norte peninsular. Igualmente era costumbre dejar comida para el "visitante", y en ocasiones hasta se le reservaba su lugar en la mesa familiar.
Resulta curioso comprobar que la tan manida y comercializada iconografía de la vela en la calabaza se remonta realmente a miles de años, y que en un principio esta práctica se realizaba con nabos, especialmente en Asturias y Galicia.
Visto lo visto, sólo me resta desearos que el próximo año por estas fechas tengáis un buen Samhain, en compañía de vuestros seres queridos, pasados y presentes.
Un saludo.
¿Pero sabe esta gente cuál es el verdadero origen de la celebración de la última noche de Octubre y primera de Noviembre, más allá de las películas de terror? Probablemente no.
Se trata de una costumbre que se remonta, como tantas otras que han permanecido a lo largo de la Historia de Europa, a la cultura celta. Esa noche (concretamente eran 3 noches) el pueblo celta celebraba la festividad de Samhain, que tenía varios significados:
- Constituía el final del verano y de la temporada de recolección de las cosechas.
- Marcaba el inicio de un nuevo año y del ciclo de días cortos del invierno.
- La separación entre el mundo de los vivos y el de los muertos era más estrecha que en ningún otro momento del año.
Este último significado es el que con mayor fuerza ha trascendido hasta nuestros días, si bien lo ha hecho de un modo totalmente adulterado.
Mientras que hoy en día se hace hincapié en el miedo que produce la muerte y lo sobrenatural, en su origen el Samhain constituía un momento único en el que se hacía posible ponerse en contacto con los familiares y allegados fallecidos, para obtener su consejo o para ayudarles y guiarles en su tránsito más allá de la vida terrenal.
Precisamente ese es el origen de las velas que en estas fechas se han colocado durante siglos en la vera de los caminos y en las ventanas y portales de las casas, también en España, especialmente en las regiones del norte peninsular. Igualmente era costumbre dejar comida para el "visitante", y en ocasiones hasta se le reservaba su lugar en la mesa familiar.
Resulta curioso comprobar que la tan manida y comercializada iconografía de la vela en la calabaza se remonta realmente a miles de años, y que en un principio esta práctica se realizaba con nabos, especialmente en Asturias y Galicia.
Visto lo visto, sólo me resta desearos que el próximo año por estas fechas tengáis un buen Samhain, en compañía de vuestros seres queridos, pasados y presentes.
Un saludo.
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